LA
RESPONSABILIDAD CRIMINAL DE LAS POLÍTICAS, DE LOS POLÍTICOS
“El
mundo está enfermando, necesitamos poner a las personas por delante
de los beneficios económicos.”
"mecanismos
de mercado” que permitirán
a algunos países –y sus transnacionales- seguir contaminando sin
cesar a costa del clima y de los derechos" Determinan
de antemano el fracaso de la COP25.
Ahí
reside también la responsabilidad criminal de las políticas que
aceptan los Tratados de pseudo-libre cambio (entre desiguales)
elaborada desde hace años y que no respetan ni los derechos sociales
ni medioambientales, mientras que sus tribunales privados ad hoc
protegen el "derecho de competencia" impulsado por las
multinacionales.
La
protección de los derechos sociales y medioambientales, que deberían
ser objetivos universales, son tratados como ¡corporativos!, mientras que los criterios de
la competencia mercantil se presentan como de ¡interés general!
las
relaciones salariales y las relaciones coloniales mundiales
subyacentes a la producción/distribución
de la energía. Todo ello en medio de un
incremento de la puesta en cuestión de las relaciones de dominación
a nivel mundial.
Se
trataba pues de un sistema de dominación que estaba amenazado. El
nuevo capitalismo, fruto de los profundos cambios de los años 1980,
al liberar el trabajo del Estado social" (peor, socialista!) y
de sus garantías (no para mejorarlas, sino para destruirlas),
pretendió responder a las aspiraciones de autonomía, sobre todo de
la juventud, frente a unas relaciones estatales y burocráticas,. Al
hacerlo, se pusieron en cuestión todos los derechos colectivos que
permitían resistir a la pura lógica del beneficio mercantil, se
tratara de los derechos laborales o los servicios públicos.
La
revolución tecnológica, la financiarización de la economía y la
organización de la competencia de la fuerza de trabajo a nivel
mundial se pondrán al servicio de ese objetivo.
Desgraciadamente,
como se pudo comprobar después, los petrodólares derivados de esta
nueva renta no beneficiaron a las poblaciones de los países
productores. La dinámica antisocial y, por consiguiente,
antidemocrática que se impuso durante los años 1980 se vio
reforzada por la ausencia de una alternativa socialista coherente 2/
Este
sistema saquea y contamina los comunes naturales porque su fuerza
motriz se encuentra en los valores mercantiles bursátiles,
indiferentes a los derechos sociales y medioambientales. La raíz de
estas políticas destructoras se encuentra ahí y
en la medida que no son fruto de ninguna fatalidad natural, se pueden
combatir.
No
hay necesidad de entrar en las controversias bizantinas sobre este
tema. Deberíamos lograr un consenso sobre la cuestión principal,
que combine la doble dimensión, física y socio-económica, de las
grandes fases geo-políticas de transformación del mundo.
La
sobreacumulación de capital encontró una salida bajo la forma de
créditos hacia los países dependientes… condicionados a la compra
de bienes manufacturados.
·
De esta forma también garantizaban mercados para la sobreproducción
de bienes
·
Los países dependientes tenían que devolver los préstamos
exportando sus materias primas –producidas en condiciones de
sobreexplotación; es decir a precios muy por debajo de las
producciones equivalentes en los países dominantes.
·
Por tanto estos la importación de estos productos baratos contribuyó
a reducir los costos de producción en los países imperialistas y a
restablecer el beneficio…
Se
trata de nuevas relaciones de dependencia orgánica (que legitiman la
utilización del concepto de economía mundo de Immanuel Walleestein,
incorporando en él una visión marxista 10/), de nuevas
desigualdades y desposesiones impuestas por el imperialismo como fase
del capitalismo, analizado desde el punto de vista anti-colonialista
(o decolonial), marxistas o no.
Las
luchas actuales forman parte de la experiencia. La de los chalecos
amarillos, como también las explosiones sociales en el
mundo entero, 15m, han puesto al
descubierto que los gobiernos actuales (ellos también, no solo los
economistas) son parte fundamental, del problema. Y no se pueden
separar tres cuestiones fundamentales orgánicamente asociadas: la
urgencia social, medioambiental y democrática. Los impuestos sobre
los carburantes impuestos a la gente que tiene dificultades para
llegar a fin de mes son injustos e ineficaces, sin que, por otra
parte, ello garantice que este tipo de impuestos sirva para responder
al desafío climático ni que serán utilizados en los presupuestos
del Estado para responder a ese desafío.
"La
historia nos ha enseñado que las soluciones vienen del pueblo",
dice La Vía Campesina, añadiendo "pero demandamos que aquellos
que deberían representarnos asuman sus responsabilidades en lugar de
ser serviles al capital".
Esto
quiere decir que las soluciones no pueden ser la suma de cambios
individuales o locales o incluso fruto de una gestión de los comunes
que se satisfaría con islas de bienestar para algunos y algunas,
indiferentes a las catástrofes y miserias medioambientales. En todo
caso, es crucial subordinar el dinero, las finanzas y la banca a la
satisfacción de las necesidades sociales y medioambientales. Al
igual que lo es el control plural y democrático de la sociedad sobre
las decisiones a adoptar.
"Con
derechos y en democracia, seguiremos haciendo justicia social y
climática" y contra el #Patriarcado Tenemos que hacerlo de fomra socialidaria, desde el
ámbito local al planetario, pasando por el continental para que el
mundo cambie de base.
Parte
del artículo de Catherine Samary 05/12/2019
TAMBIÉN
PUBLICADO EN ESTE BLOG:
Los amos del mundo están presos de su fiebre de usura, no son capaces de ver o ven y no lo quieren asumir, la catástrofe que se avecina. ¿Es suficiente la protesta pacífica? Tal v4ez esos "seres de otro mundo" tengan otros planes que incluyan ¡¡¡matanzas masivas de gente!!! con la ilusión de que a ellos no les va a afectar. Tal vez tengan en propiedad islas o territorios que no se vean afectados? La Usura los ciega.
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