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Sangre Egipcia
Los soldados persiguen por la calle a los opositores a la Junta Militar y los expulsan de la zona simbólica de las protestas que tumbaron al dictador Mubarak
El conflicto prendió ayer cuando un grupo de activistas hostigó el Parlamento en el comienzo de la segunda fase de las elecciones legislativas en curso
Esta mañana, antes de los nuevos choques, El Primer Ministro ha culpado a los manifestantes de lo ocurrido ayer
El campamento de Tahrir (en El Cairo, capital de Egipto) está en llamas tras la irrupción del Ejército egipcio en la plaza al reanudarse los enfrentamientos urbanos que surgieron ayer con el intento de asalto del Parlamento por parte de activista opuestos a la Junta Militar que rige el país meses después del derrocamiento del general Hoshni Mubarak. La gente escapa corriendo. Arde un edificio desde el que militares de paisanos apedreaban a manifestantes.
Ayer, un día después de celebrarse la primera ronda de la segunda vuelta de las elecciones legislativas, el Ejército volvió a enfrentarse a los manifestantes. Murieron ocho activistas y unos 300 resultaron heridos, según ha informado hoy el propio Ministerio de Salud.
El primer ministro egipcio, Kamal Ganzuri, ha responsabilizado esta mañana a los manifestantes de los disturbios de ayer, según informa la agencia EFE. "Un joven fue golpeado y recibió un trato incorrecto, y los jóvenes tienen derecho a pedir justicia por esto. Pero después salieron jóvenes e incendiaron coches y dependencias del Parlamento y del Consejo de Ministros, sin la intervención de las Fuerzas Armadas', ha dicho Ganzuri.
Muchos de los manifestantes, jóvenes en su mayoría, creen que las elecciones carecen de legitimidad
Esta nueva explosión de violencia hace temer la reacción de los jóvenes que desde finales del mes pasado mantienen un pulso contra la Junta Militar que gobierna el país. Entonces,las fuerzas de seguridad reprimieron las protestas de miles de ciudadanos que reclamaban el traspaso del poder a una autoridad civil con un saldo de 40 muertos —muchos por disparos en la cabeza y el pecho, según fuentes sanitarias—, y más de mil heridos.
Desde el 25 de noviembre cientos de personas mantenían una acampada frente al Consejo de Ministros, en una calle aledaña a la plaza de Tahrir, en la que también está el Parlamento egipcio. Hace unos días, los activistas decidieron reabrir la plaza, donde coexistía otra concentración, y centrar sus esfuerzos en la protesta frente a la Cámara baja. Durante la mañana de hoy, las sedes de ambas instituciones han sido objeto de sendos intentos de asalto por parte de grupos de manifestantes después de que el Ejército intentara disolver su protesta con disparos al aire, sin éxito.
A última hora de la tarde del jueves, los manifestantes seguían lanzando bombas incendiarias y habían conseguido incendiar el edificio que comparte la autoridad de obras públicas con la zona administrativa del Parlamento. Desde ese edificio hombres de paisano han estado lanzando piedras y dispersando con agua a presión a los manifestantes. La calle perpendicular a la vía en la que se levantaba la acampada y donde se están desarrollando las principales protestas fue dividida para permitir el acceso de motos para trasladar a los heridos.
Horas antes los militares y la policía parecían prepararse también para posibles enfrentamientos. La presencia de efectivos y camiones, así como de vehículos blindados, se incrementó en las inmediaciones de Tahrir, aprovechando las calles de las embajadas británica y estadounidense, cerradas al tráfico. El Ejército es precisamente el objetivo de las principales consignas que hace casi un mes se gritan en la calle que aloja al órgano legislativo egipcio. “Abajo el mariscal”, en referencia a Mohamed Husein Tantaui, y “el pueblo egipcio quiere que Tantaui se vaya” son las más coreadas. Las paredes de la calle de la Asamblea de la Gente, como se conoce el Parlamento, se han llenado de pintadas que aluden a los militares como ladrones, bajo un cartel de “Wanted” (se busca), entre otros.
Muchos de los jóvenes que mantenían la sentada, entre los que se encuentran miembros del Movimiento 6 de Abril, no creen que las elecciones, cuya sexta jornada de votación finalizó ayer, tengan legitimidad alguna. Se quejan de que la judicatura que supervisa el proceso es la misma que hizo la vista gorda a los abusos del régimen de Hosni Mubarak y que la premura de la convocatoria no ha permitido a los partidos de nuevo cuño organizarse debidamente.
El partido de la Libertad y la Justicia (PLJ), brazo político de losHermanos Musulmanes, ha condenado en un comunicado los hechos y ha pedido a la Junta Militar que intervenga. En su opinión lo ocurrido hoy forma parte de un intento de “desviar la atención de las elecciones que expresan el deseo del pueblo egipcio”. El PLJ fue líder en la primera ronda electoral por delante del resto de formaciones políticas y aspira a consolidar su victoria en lo que queda de votación.
El candidato a la presidencia Mohamed el Baradei también ha mostrado su indignación a través de la red social Twitter: “Incluso si la sentada es ilegal, ¿cómo puede disolverse con esta brutalidad que en sí misma es una infracción mayor de los derechos humanos? Así no se gobierna un país”.
Las fotografias son de: Mohamed Abed, Asmaa Waguih, Ahmed Ali, Khaled Elfiqui,
Nasser Nasser y las Agencias: EFE, AFP, AP y Reuters
VIDEO SALVAJE VIOLENCIA SADICA
http://youtu.be/4iboFV-yeTE
Video RTVE: PINCHA AQUÍ.
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