LOS COMBATIENTES | MARIANO RAJOY
Una
boya bien agarrada a un muerto
La
habilidad de este político para flotar agarrado a un muerto, ese es
el misterio
Se
trata de una fórmula secreta que nadie acierta a descifrar
MANUEL
VICENT
Sucede
a veces que, en un día de temporal, alguna gente desde la orilla del
mar contempla con angustia un punto negro que se debate a lo lejos en
medio del oleaje. Los más pesimistas creen que se trata de la cabeza
de un náufrago, pero al comprobar que ese punto negro zarandeado por
las olas permanece a flote siempre en el mismo lugar, alguien más
avezado exclama: “No es un náufrago. Es una boya que está bien
agarrada a un muerto”.
Eso es exactamente Mariano Rajoy, una boya
resistente a cualquier temporal político, que logra sacar la cabeza
cuando todo el mundo piensa que se ha hundido. No
es un elogio. Un político que flota también puede ser un corcho o
el madero del propio naufragio.
Antes
de llegar a La Moncloa ya era admirable la impasibilidad con que
Mariano Rajoy contemplaba cómo el oleaje de la corrupción batía la
sede de Génova, su propia casa, y él allí se fumaba un puro
mientras el nivel del agua, después de inundar varias plantas,
llegaba hasta la puerta de su despacho de presidente del Partido
Popular.
Rajoy
se limitaba a rascarse un pie. Cuando el agua sucia de la corrupción
le llegaba a Rajoy hasta la barbilla, y
sus adversarios políticos decían: de esta vez no lo pasa, esta vez
se hunde
Mariano,
en ese momento su cabeza se convertía en una boya que se balanceaba
a merced del vals de las olas sin que le importaran una higa críticas
e improperios. El tiempo todo lo cura, un escándalo se tapa con otro
escándalo hasta que el ciudadano toma como propio el hedor a basura
y echa la culpa al aire.
Esta
vieja táctica franquista es un arte que Rajoy ha ejercido con
absoluta maestría.
La
carrera de este político ha atravesado diversas fases, la de
burócrata provinciano, la de alto funcionario adaptativo,
la de responsable de varios ministerios por los que pasó como un héroe de poltrona sin levantar pasión alguna a favor o en contra, una actitud que en ese circo de fieras al final le dio buen resultado, por ejemplo, el que Aznar posara el dedo en su frente y lo eligiera sucesor creyéndole el más maleable. “Este no me va a clavar el puñal por la espalda, aunque solo sea por no tomarse la molestia de levantar un brazo”. A veces da mucha pereza ser un traidor.
Rajoy
perdió las elecciones generales de 2004 a causa de la mentira sobre
el atentado de Atocha, un embolado en el que le había metido su
padrino Aznar, pero la siguiente derrota de 2008 ya se la había
ganado él a pulso. Todos creyeron que esa nueva ruina electoral era
el fin de Mariano Rajoy.
De hecho, desde el balcón de Génova se
despidió de sus partidarios con esa sonrisa húmeda y la mano
blanda, apoyado en su mujer, adiós, adiós, hasta siempre, como se
despiden los pasajeros desde cubierta del barco al zarpar. Comenzaba
en ese momento su segunda travesía hacia la nada. Le esperaban en el
estrecho los monstruos marinos de Escila y Caribdis, bajo la forma
humana de Esperanza Aguirre y José María Aznar.
Balanceándose
entre este par de pulpos, uno que por abajo le amenazaba con quitarle
la sardina de la boca, otro imponiendo su mala sombra de inspector
por arriba, logró salvar el doble peligro y su carácter de boya
humana terminó por ser aceptado por sus partidarios como un valor de
uso. He aquí un corcho de mucho peso, se dijeron los suyos, algún
arte deberá de tener cuando no se hunde.
En
medio de los escombros de la crisis que a Zapatero le cayeron encima
sin enterarse, por fin, Mariano Rajoy llegó a La Moncloa. Lo mismo
que el mar aprovecha cualquier temporal para purgarse y el oleaje
arroja a la playa algas podridas, peces muertos con la tripa llena de
petróleo, toda clase de latas y plásticos, el
ciudadano ha asistido durante esta legislatura del Partido Popular a
la purga de los recortes y despidos envueltos en la basura de la
corrupción.
Ahora
Rajoy en medio del temporal se
ha rodeado de unos jóvenes que lucen camisas de marca y gafas de
espejo, preparados para dar leña al mono
y repetir por doquier día y noche el mantra de la salida de la
crisis y de recuperación económica.
¿Cuál es el muerto al que se
agarra la boya de Rajoy? Se trata de un misterio que nadie acierta a
descifrar.
Un
país que acepta que un gobernante pueda carecer de tal modo de
sentido de la dignidad está perdido, no es extraño que hubiese
recurrido a esconderse tras las pantallas de plasma. Situaciones
en las que él sabía que mentía, nosotros sabíamos que nos mentía
y él sabía que nosotros lo sabíamos y sin embargo continuaba.
De
la cobardía hizo virtud moral y de la mentira un instrumento
habitual admitido.
Que
Rajoy vuelva a formar gobierno naturalmente responde a los intereses
de los grandes poderes económicos y mediáticos españoles pero, en
último término es un problema personal suyo, la reivindicación de
si mismo. Una reivindicación que tuvo que hacer una vez y otra
frente a importantes sectores de su propio partido, tras su primer
fracaso frente a Zapatero cuando quisieron apartarlo, cuando tras su
segunda derrota su partido volvió a querer apartarlo, ahora vuelve a
sentirse en peligro vital. Sin duda, peleará hasta el final porque
su motivación es absoluta, a vida o muerte.
Rajoy
nos pidió estos años que renunciásemos completamente a la mínima
decencia en la vida social, que aceptásemos la locura como cordura.
Si vuelve a gobernar significará que en el Reino de España la noche
es día y el día noche, lo bueno es malo y lo malo es bueno, arriba
es abajo y abajo es arriba.Lo publicado en cursiva, son extractos de un artículo publicado por Suso de Toro en:
http://www.eldiario.es/zonacritica/poder-corruptor-Mariano-Rajoy_6_544955520.html
Ver También en este blog:
Mariano Rajoy "El Alumno Asustado"
http://juansantiso.blogspot.com.es/2012/01/mariano-rajoy-asustado.html
http://juansantiso.blogspot.com.es/2012/01/en-sol-esta-la-fuente.html
Ver También en este blog:
Mariano Rajoy "El Alumno Asustado"
http://juansantiso.blogspot.com.es/2012/01/mariano-rajoy-asustado.html
Mariano
Rajoy, "El Presidente Vasallo"
http://juansantiso.blogspot.com.es/2012/01/en-sol-esta-la-fuente.html
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