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EL CREPÚSCULO DEL LADRILLO Y LA SINRAZÓN DEL SISTEMA

El Crepúsculo del Ladrillo
La Solfónica y  Asambleas 15M, presentaron en la Nave Trapecio de Tabacalera, en Madrid, esta Ópera bufa de tiempos de crisis, en un acto. Según el libreto de Jose Manuel Naredo y música de David Alegre
JUAN SANTISO
Para mi sin duda el mejor y mas representativo de los actos conmemorativos del segundo aniversario del 15M, de lo que representa, mas allá de los logros políticos que se le exigen ya, por quienes no participan en él. Viendo esta ópera bufa he visto la grandeza de su capacidad creativa partiendo de la asamblea de la Solfónica, voluntariamente, gratuitamente, porque quieren y pueden, vaya si pueden. 
Como bien dice un compa y amigo, Ray Lobo,  “3 pases con la nave central totalmante abarrotada en cada uno de ellos. Un éxito !!!, Ojo avizor programadores teatrales... que nos vamos a la Gran Vía, y después a Broadway !!!” . Traigo sus palabras porque en plena función, la de las 9 de la noche que programaron para que la multitud que estábamos haciendo cola y no pudimos entrar en las anteriores por lleno total pudiéramos verla, en plena función yo la estaba viendo y oyendo y la vi de pronto sobre el gran escenario del Teatro Real de Madrid consiguiendo un éxito expléndido; y es que se lo merece y como dice mi compa, prepárense los programadores.
Hoy os traigo  dos magníficas y emotivas crónicas de unas buenas amigas luchadoras del 15M que también son una muestra de la versatilidad del Movimiento, y las sensaciones de un bajo. Las fotos de dos profesionales de la fotografía como son Juan Martín Zarza ( fotógrafo del periódico autogestionado por las Asambleas Populares “Madrid15m” y Juan Plaza coordinador y editor de las exposiciones y posterior edicción de un libro fotográfico sobre la historia del 15M,  y alguna foto mia,  que también soy del 15M.
La sinrazón del sistema capitalista
                                                             Por PALOMA YARI
Ver como esta bellísima obra coral es ignorada desde los medios de comunicación del sistema, valorando solo el materialismo y la especulación, que se muestra cual gigante ciego y enfermo, solo nos hace mas fuertes, mas claras, mas unidas y más despiertas.
Me pide Juan Santiso que escriba sobre como viví yo desde dentro, como integrante de la Solfónica, esta emocionante experiencia colectiva que ha sido y será la Ópera Buffa "El crepúsculo del ladrillo" de la cual,  yo solo fui una pequeñísima gota de un inmenso mar que se llama Movimiento 15M.
Y es que ese mar lo forman infinitas gotas que solo cuantificado en su conjunto tiene sentido e inmenso poder. Si intentamos separarlo, cribarlo o cojerlo con las manos, dominarlo, manipularlo.. perdería su entidad, hermosura, fuerza, se diluiría y secaría.
Así la importancia de esta Ópera "mar", de este trabajo colectivo, lleno de emociones colectivas y activismo asambleario.
 En tres cuadros : Bucólico Festivo, Desolación y crisis y Movimientos erráticos e incontrolados, se profundiza en la sinrazón del sistema capitalista y en la ceguera  que conduce al servilismo indigno, el consumo banal, la pobreza, el expolio, la masacre,  el endeudamiento.
Cuando J.M. Naredo escribe el libreto de "El Crepúsculo del ladrillo" hacia el año 1988 nos encontrábamos en el primer cuadro de la Ópera Buffa. el  Bucólico-Festivo de la entrada de España en la UE,  en la que el escritor ya tuvo la visión de lo que habría de suceder después. Digamos pués, que es una obra visionaria, donde se cuestiona en clave de humor doliente, no solo el propio sistema y su legitimidad, sino la corrupción y el neo.caciquismo-eclesiástico
político.
Este libreto que ve la luz gracias a la iniciativa del 15M, imaginaba ya hace 25 años un desenlace caótico a toda este incipiente auge especulativo donde el panorama llegó a ser tan surrealista que solo poetas, músicos o pintores podían desarrollar una visión crítica de la situación más acertada que la ofrecida por analistas socioeconómicos.
"Despertad, despertad!", implora el Hada de los Sueños de nuestra Ópera al pueblo engañado por los oportunistas, una singular "campanilla" que recuerda al pueblo que existe el amor, que advierte de la "sinrazón funesta que solo traerá frustración y depresión".
Es Liliana Pineda quién, junto a las Asambleas del 15M y para festejar el 2º Aniversario del Movimiento, decide sacar el libreto de Naredo del cajón del olvido y llevarlo a escena junto a pintores, músicos, poetas y voluntarios, profesionales y noveles como Iván Barbeitos, Alfonso González, Manuel Nolla, Manuel Alcorlo, Octavio Colis, Guillermo Ferreira, la Nave Trapecio y la Orquesta Solfónica (y quién me haya podido dejar en el tintero), que desarrollan una genialidad colectiva emocionante, de una calidad excepcional tanto en su músicalidad orquestal y coral guiada por el Director de la Solfónica David Alegre, compositor de su música y adaptación al libreto, que nos ha llenado de emociones, nos planta de cara a nuestra realidad para invitarnos a la rebelión contra un sistema que no quiere que abandonemos sus filas ("realismo, realismo, rehaced vuestras filas ahora mismo"), endeudándonos, corrompiéndola, especulando hasta con el propio significado de la palabra Amor o Libertad.
Yo he vivido esta experiencia coral con una emoción que me ha sacudido desde las entretelas, de la que solo puedo decir que la mayor enseñanza recibida es que con muy poco se puede hacer mucho, que el arte, la creatividad, la humildad, el trabajo solidario en equipo, la horizontalidad, toma formas increíblemente bellas cuando se desarrollan desde la más elemental y grande de las emociones, el amor.
Ver como esta bellísima obra coral es ignorada desde los medios de comunicación del sistema, que también nos ignora como seres pensantes y creativos, valorando solo el materialismo y la especulación, que se muestra cual gigante ciego y enfermo contrario y confundido ante cualquier acto en contra de su podrido curriculum,  solo nos hace mas fuertes, mas claras, mas unidas y más despiertas. Asi lo hemos podido ver en esas larguísimas colas de personas que esperaron horas para entrar a disfrutar de esta Ópera de todas,  por las que tuvimos que repetir la función hasta 3 veces, asistiendo alrededor de 1000 personas, calculando que por stream se conectaron otras mil entre unas y otras para verlo en directo, que también se emitió en directo por la Sexta, y otras muchas que, sintiéndolo mucho no pudieron ni entrar en el edificio de Tabacalera de Madrid, donde se representaba.
Como anécdota puedo contar que cuando llegaban las personas dentro de la sala de la Nave Trapecio y nos decían que fuera había cientos de personas que querían ver la Opera Buffa  que esperaban en colas interminables para entrar, aguantando tormentas de granizo y truenos madrileños, y que estas mismas personas cuando salían,  les decían a las que aguantaban en las largas filas que "merecía la pena esperar" y esperaron...y entraron...y se emocionaron con nosotras, y gritamos "si, se puede", y nos hicimos mucho más fuertes. Como dice el poema de Miguel Hernández que cierra la obra y se canta a ritmo de jota: 

"Vientos del pueblo me llevan,
vientos del pueblo me arrastran,
me esparcen el corazón
y me aventan la garganta."

Gracias por haberme enseñado tanto 15M!
¡¡REBELIÓN.!!
No se puede porque SÍ SE PUEDE, porque sí queremos.
                                                          Por  EBBA CORBEIRA
El tiempo voló de igual forma que parezca que lo haga cuando el disfrute es intenso.
Y el resto, toda la pieza una delicia de ver, de escuchar, de sentir, de compartir, de silbar, de aplaudir.
Muy emotiva  "EL CREPÚSCULO DEL LADRILLO"
Me ha gustado muchísimo, me ha llegado. Se nos ha metido dejando un poso bien grato.
El Crepúsculo del Ladrillo no queda en ópera buffa y ya. O tal vez sea que el desarrollo, la puesta en escena y como en este caso, el estreno de una ópera buffa en su tiempo ( SXVII y XVIII) fuera como nos ha sido ésta:  regocijo, estímulo, celebración, compadreo*, una vez más comunión ( que no nos dé la gana por favor regalar tan neta palabra a lo eclesiástico),  .
( * Dado que comadreo tiene significado distante, por más pellizcos de intención que sienta tirándome de la lengua mental, para utilizar este hermoso término que de entrañas hacia afuera, me latiría incluir.)
Una gozada El Crepúsculo del Ladrillo, una gozada que veintitantas horas después de vivirla como espectadora, continúa desprendiéndoseme en gesto de buen humor, porque me lo ha transformado.  Y ya me lo decía un torbellino de mujer desde la primera vez que nos hemos venido encontrado: el 15M no es un movimiento, o no solo, no es una anécdota en el calendario histórico de un país. El 15M es una energía y es imparable. Esta energía que hacemos entre todas, no tiene un “dónde” que coincida con si quiera un “cómo”... así que ¿ porqué insistir en limitarla? No se puede porque SÍ SE PUEDE, porque sí queremos.
Y ayer,  un domingo de Mayo, con sus repentinas granizadas y las lluvias  dejándose preceder por cortejos de nubes en cuanto gris quepa imaginar. Un domingo de Mayo con la desfachatez de su luz a veces cegadora a veces contundentemente amiga, tan pronto blanca como al poco oscura y tenebrosa. Un  Mayo conmemorativo con su domingo festejante, si es que no es al revés o siendo quizás ambos, fuimos muchas las que estuvimos para dibujar el perfil de la Tabacalera avanzando con discutible lentitud hacia sus puertas.
Una cola que si bien podría habernos asustado, o emperezado, desganado con excusas o sin ellas, mereció mucho hacerla. Una cola de encuentros en sonrisa y de abrazos pendientes, de seguir conociéndose desde el compartir y departir.  Tantas estábamos que las dos sesiones de estreno hubieron de ampliarse con su  tercera. Una cola inesperada -já! Ni que fuésemos nuevas- pero afable.
Una cola que no llegó a hacerse pesada y que repetiría con gusto.
 Ya llegando a la entrada, la sensación de inquietud transmitida en palabra por quienes seguían dando número y libreto, a veces apretón de manos y en todo momento gesto de alegría, una bienvenida acogedora y reconfortante.
Luego la voluntad cayendo con tintineo de entre los dedos a la caja. Las mesas con las chapas: Somos el 99%, Sí Se Puede, Escuela Pública, 15M, Sanidad Pública, No se Vende Se Defiende...
Y ya en la gran sala la gente repartiéndonos, tomando el espacio con infinito respeto, abriendo las percepciones de cada sentido, con el cuerpo entero. En  pocos minutos, apenas los suficientes para tener ubicada a tiro de mirada a la Orquesta de La Solfónica, a las tablas, a los decorados en armonía y trayendo de golpe recuerdos de dos años atrás, recuerdos de cada manifestación, recuerdos de cada escrache. Recuerdos de los desahucios a través de sus imágenes, recuerdos del equipazo de fotógrafxs que siempre nos cuidan: a las que estamos cuando vamos a las convocatorias y a las que nos quedamos cuando los otros quehaceres vitales nos impiden asistir; recuerdos de las mareas y de personas concretas, recuerdos de sensaciones que no siempre quiero explicarme. 
Recuerdos de superar miedos si no ancestrales sí antaños, en compañía de quien me estimula para que escriba, de quien canta en ese ahora ahí delante, de quienes se han currado la salvajada que tuvimos ante nosotras y para nosotras. Todas las personas con las que me vengo conociendo estaban allí, tal vez no físicamente pero estábamos todas. Y alguien corea enérgica el Sí Se Puede y el De Norte a Sur, de Este a Oeste... (…) la lucha sigue cueste lo que cueste, y al unísono cada cuerpo contagiado proyectando su voz aún más convencida, distinta en algunas cosas, más madura que la de dos años atrás, o de la de hace año y poco, o la de hace tan solo unos meses, o la de la semana anterior, o la del otro día o la de hace apenas veintiún minutos. Un acto en tres cuadros. Color, esfuerzo, mucho cariño.
Solfónica, Trapecio de Tabacalera, Asambleas quince mayistas... Todas: nos habéis mimado a la musical, a la popular ( que tampoco habría de conformarnos que ese manojo de descerebradxs asociales se quede con ¿ la extremidad? cuya raíz conformamos quienes nos la venimos peleando, a la fuerza, en contra de quienes se adornan con lo que solo nosotras definimos.) Muy agradecida ( y me llevo las manos al esternón en demostrativo gesto).
Y de la algarabía al murmullo en graves y al cabo, silencio total de las voces de quienes estábamos. Y comienza la música  y de su inmaterial mano cosquillas de tuétano, algo se reinicia palpitante desde bien adentro.
El Crepúsculo del Ladrillo está formado por un océano de detalles en el vestuario, en la escenografía, en la actitud y compostura, en el lenguaje de los cuerpos respetando el personaje y su estatus, su clase, su tan mentada casta. Los cuerpos de esas compañerazas ofreciendo recompensa al tanto esfuerzo durante tanto tiempo. Voces en coro que sentí me echaban encima una jarra rebosante de vida. Una jarra que me llenó tanto como lo haga La Pasíon Según San Juan ( J. S. Bach) u otras obras de compositores que me vienen llenando y definiendo.
El tiempo voló de igual forma que parezca que lo haga cuando el disfrute es intenso.
Y el resto, toda la pieza una delicia de ver, de escuchar, de sentir, de compartir, de silbar, de aplaudir. El cliqueo de las cámaras  acompañando por instantes, sinllegar a molestar y mucha, mucha y tremenda honestidad que, simplemente me hizo volver a entender porqué hacemos cómo hacemos, porqué le doy al activismo tanta prioridad  como a mi trabajo, o a mi familiar vida, a mis tiempos de ocio, o a los de descanso y sueño.
Salimos del Crepúsculo del Ladrillo con la convicción más hincada aún y la satisfacción brotando casi independiente, buscando el abrazo contiguo, ese que -esta vez sí- resultó madre del  volcán sereno que se nos fue instalando allá por el costillar.
Y hoy me amanecí contenta. 
Mi única perplejidad se ha dado en el Cuadro 3º página 8, cuando el Coro responde a lo Económico diciendo que " Amor es el pan de la vida. Amor es la copa divina.
El amor es algo sin nombre que obsesiona a un hombre por una mujer".
Y se me abre este ¡¿ Por qué?!... y probable que la explicación nos remita la letra original de la canción "0bsesión"... pero aún si acertara con esta suposición, es más grande mi duda que extiendo en tranquilo grito. ¡ Es que no termina de hacer puzzle en mi cabeza con todo lo que venimos luchando y todo por lo que venimos protestando!
En caso cualquiera la recomiendo. Ojalá y llegandito el calor la hagáis en las plazas, en los parques. Porque sí, porque estimula, porque emociona y porque querría que más personas se contagien de ganas de echarse a las calles, da igual si a las literales o las metafóricas, que se hagan con las que conforman su entorno, y se decidan ya a lucharse todos esos 'Esos' que todavía les mantienen en parálisis, con el cerebro adormecido y la voluntad crionizada. Ojalá y les quemen las posaderas hartas ya de estar sitas en el sillón a veces físico, a veces aprendido.
Sensaciones de uno de sus intérpretes
Por  Antonio Bisquert, un bajo.       
  Hay ocasiones en las que el corazón no cabe en el pecho. Todo está ya preparado. Los instrumentos han terminado de repasar el preludio; esta pieza que abrirá la ópera ha sido la última en desvelarse de la partitura tan maravillosa que ha escrito David, nuestro director en la Solfónica. Era todo un reto que la música estuviera a la altura de ese magnífico texto; “sí, claro que lo está” me dice Naredo, autor del libreto. Efectivamente, al igual que la dirección escénica, el vestuario, el atrezzo, toda la organización, el trabajo de más de 130 personas, todo está a un nivel impresionante. Ya sólo falta actuar, llevar a cabo en apenas cuarenta minutos lo que hemos estado trabajando durante tantas y tantas horas. Nuestro público espera impaciente. El corazón casi explota. Mucha mierda. Allá vamos...
 El poema inicial, rotundo, magnífico. Empieza el preludio. Me agacho, subo un poco el telón lateral y compruebo que la acústica de la sala es bastante mejor con público. Estupendo, los instrumentos están crecidos, están sonando nítidos, de maravilla. 
“Que bello es el placer...” arrancan sopranos y contraltos. Con firmeza en la voz, con alegría y con garra, estupendas. Subo ya al escenario y me voy cruzando con ellas, nos tocamos, nos sonreímos, nos abrazamos. Y empezamos a cantar tenores y bajos “Agradables son las flores...” se desdoblan las voces, qué gozada de música.  Creo que todo está saliendo a la perfección.  El pregonero irrumpe en la sala  “... y prostitución”, esa es la señal, el momento para agacharse, colocarnos la mitra cardenalicia y surgir amenazantes en medio del escenario. Ha habido sólo un instante para asumir nuestro segundo papel. 
Me concentro en el: ¡Por dios! cuanto pecador a nuestro alrededor, estamos rodeados de lo peorcito de la sociedad, fíjate... hay profesores, algunos incluso de música, qué estupidez ¿no comprendéis que lo que hay que enseñar en los colegios es religión? Y hay que separar a los niños de las niñas, para facilitar así la transmisión de nuestras doctrinas... Ya estoy dentro del papel. Hay que proyectar al público nuestra voz eclesiástica engolada y mirar con displicencia a un lado y a otro. Allá vamos... “La cuuriaa cardenaliiiciaaa opina que es mala la codiiicia...” La gente se ríe, esto funciona.  Y nosotros estamos disfrutando tanto que las escenas se nos hacen cortas, apenas da tiempo de enterarse y ya tenemos que salir a cambiarnos. Bueno, habrá otra sesión después, ahora hay que centrarse en el siguiente personaje.
Detrás del escenario los movimientos tienen que ser precisos, está todo milimetrado. Nos ayudan a revisar nuestro atuendo, qué trabajo tan extraordinario el de vestuario. Me pongo la chaqueta gubernamental, mi corbata ajustada, sí, ya estoy en el tercero de mis papeles.  Mientras espero la entrada me mentalizo: Los ciudadanos me traen sin cuidado, sólo quiero sus votos, pero tengo que aparentar que gobernamos para proteger sus intereses, que parezca que todo lo hago por su bien, aunque yo a quien me debo es, por supuesto, a quien nos financia, a mí y a mi partido, me debo a la banca y a los grandes capitales que son los que mueven la economía, los que en definitiva permiten que estos vagos y maleantes puedan, a la postre, cobrar sus sueldos y pensiones, ¿si no de qué?. 
Durante los ensayos hemos ido inventando gestos para cada frase del texto. Yo me fijaba especialmente en Andrés, que tiene buena experiencia escénica, copio algunos de sus gestos procurando exagerarlos para hacer lo más ridículo posible al personaje, resaltar su cinismo, su doble moral. ¿Qué se creen estos mequetrefes del pueblo? ¿qué hacen pidiendo democracia? ¿acaso no les dejamos ya votar cada cuatro años? Trabajando deberían estar y no protestando. Y ahora se les ocurre hacer una ópera... Los veo y me entran unas ganas tremendas de recortarles aún más las prestaciones sociales; y... unas ganas tremendas de invadir Polonia (Catalunya, Euskadi...), y...  Sí, ya estoy en mi papel. Subimos al escenario de nuevo.
Tremendos los cuatro actores principales, qué expresividad, qué cantidad de matices. El público está enganchado, absorto, no sé cómo pero su calor se percibe perfectamente desde el escenario, se siente que están disfrutando, que están emocionados.
Todo pasa en un soplo. Ya llega el final. El pueblo se me echa encima. Un pueblo con mirada limpia, con una sonrisa deslumbrante, me libera por fin de mi disfraz gubernamental. Soy libre.
Nuestros corazones se han fundido con los del público en uno solo, un corazón enorme que palpita cual caballo desbocado. SÍ SE PUEDE, SÍ SE PUEDE, gritamos todos al unísono. Y no fueron dos sino tres las sesiones, no íbamos a dejar en la puerta a quienes habían esperado toda la tarde. Nuestro corazón vuela, sale de Tabacalera y va llegando a todos los
rincones. SÍ SE PUEDE, SÍ SE PUEDE...
Este texto, como podeis comprobar al ir leyendo, me llegó hoy mismo 28 mayo, lo añado por su indudable interés para mejor comprensión de como se forjó esta obra por este grupo humano tan extraordinario que conforman "La Solfónica"  
                     Crecer aprendiendo
                                                                  Por Fernando Horcas (el abuelo del violín)
Cuando aquella noche íbamos para el restaurante chino a cenar nos decía más de uno: estaréis agotados, ensayando desde las cuatro, y después de tres representaciones.
- ¡Pues no!
Sería la adrenalina que alguien nos decía; sería la euforia de haber salido todo bien; el entusiasmo compartido con el público; la culminación de semanas de trabajo, cada vez más intenso; tal vez la suma de todo eso y de mucho más. Pero cada uno estábamos dispuestos a gritar nuestras sensaciones, como hicimos en el restaurante, a abrazarnos como lo hicimos antes de llegar a él.
La redacción sincera y viva de Antonio y su invitación a que cada uno expresara sus sentimientos me animó a empezar a escribirlos. El no tener tiempo de terminar en seguida me da ahora una perspectiva, tal vez más serena y menos apasionada que en aquellos momentos, pero igual de convencida. Empecé por resumir los míos en el título.  Esa noche – ahora diría “desde aquella noche” - os veía a todos más grandes. Grande cada uno como individuo que ha trabajado con entusiasmo y ha aportado gratuitamente lo mejor de su esencia. No sólo lo que traía, sino mucho más que ha crecido en él en este tiempo, y ni nos imaginábamos que podíamos tener. Ha crecido el grupo: no tanto en número, cuanto internamente, en cohesión y en ese cariño, amor, afecto que cada uno habéis ido expresando en las horas siguientes a nuestra ópera.  ¡Hemos aprendido tantas cosas como grupo! Lo expresaba ese breve eslogan que brotaba del último acorde de la jota: SÍ SE PUEDE. (“De esse ad posse valet illatio”, decían mis maestros de juventud). Claro que sí. Si lo hemos hecho, es que se puede: hemos trabajado cada uno en su sitio.  Hemos producido una bella obra inmensa, y sin mediar el vil metal.
La forma en que he vivido la génesis de este trabajo ha sido para mí algo ascendente y creciente. Desde las primeras propuestas que nos hizo David acabando el invierno; las primeras partituras sueltas; viendo cómo os animabais, estudiabais memorizando, aportabais el vestuario, repetíais ensayos, escenografía; se
completaban los números; iba encajando cada uno en el armazón del libreto, … y por último, el brillante preludio
Desde mi modesta silla de violín segundo he estudiado con ilusión creciente, anotando referencias para perderme lo menos posible. En los últimos ensayos aquello sonaba a ópera. Bufa, pero ópera. ¡Qué lecciones he ido recibiendo de cada uno de los jóvenes que se sentaban a mi lado y
leían a primera vista lo que a mí me suponía tanto esfuerzo! Daniel con su gran experiencia; David, siempre David atento a todo. Después de ésta, ya puede dirigir la ópera de Chicago o la de Nueva York. Las incorporacio recientes daban cuerpo y seguridad a la orquesta, que al final ha sonado llena, sorprendiendo al público. Y por último mi gran maestrina Clara, que llegó en el fin de semana decidida a compartir papel conmigo. A última hora he sacrificado alguna segunda cuerda en aras de una mejor afinación en la que escogiera. 
Pero Clara daba las dos siempre que estuvieran escritas. Ella me ha orientado cuando me perdía en esas frases casi iguales, en los cambios de compás. Al terminar cada actuación me palmeaba y sonreía maternalmente, si había tenido menos fallos que la vez anterior. Tú sí que eres grande, Clara. Cuánto tengo que seguir aprendiendo de ti. Y de todos los compañeros, sobre todo los de la cuerda, por ser más próximos.  Los jóvenes Ángel, David, Fernando; las preciosas jóvenes, que sumáis a la música bellezas de tantas procedencias diferentes. (¡Qué contento estoy con esa foto en Sol que El País Digital puso el día 16 presentando la crónica del día de san Isidro!). Tenéis que seguir con nosotros. Si a mí me miman todos – que lo noto – a vosotras y a vosotros os tenemos que mimar mucho más, porque valéis mucho más.
Vuelvo al domingo del estreno. ¡Qué orquesta!, qué sonido, qué fondo de cuerdas graves. Más flautas, más clarinetes en un ensayo interesante.
¿Por dónde andará mi mujer? Viene con un par de amigos a la primera representación. Faltaba un cuarto de hora. Me dice que están entrando los primeros 300, y que ellos están en la fila junto a otras 1.000 personas, dando la vuelta al edificio, y aún no han llegado a la plaza.
- ¿Qué puedes hacer por nosotros?
- Salir a colaros, por supuesto que no. Sólo se me ocurre una idea, que en los días previos puse en WhatsApp como broma: una 3ª actuación.  Se lo dije a David al terminar la primera, y lo aceptó desde el primer momento. Total, hemos tardado media hora con el bis, aplausos, gritos y “sí se puede”. Pues la 3ª también se puede.
Los que llevan dos horas esperando dicen que ha merecido la pena; los que salen de la primera, también lo dicen; y los que esperan otra hora más recuperan esperanza e ilusión. Aún así, otros amigos me han dicho después que esperaron y no pudieron entrar, y otros, que se fueron sin esperar. Pero todos esos siguen esperando próximas representaciones.  Gracias a todos por repetir aquella noche el esfuerzo, sobre todo a los que teníais que madrugar al día siguiente. Aunque empecé diciendo que todos lo habríamos hecho varias veces más y que no era esfuerzo, sino placer. ¡Gracias! ¿Verdad que se puede? Y como esto, muchas cosas más.  Es nuestro crecimiento y nuestro aprendizaje.
Al día siguiente, roncos hasta los que no cantamos, seguíamos en la nube buscando con avidez fotos, crónicas y vídeos, que iban surgiendo en la red como hongos. Ya hemos visto con calma mucho más, y es cuando me he ido enterando de todo lo que habéis hecho a mis espaldas: esas coreografías, vestuario, letras sobre nuestras mudas partituras, ideas firmes, mensajes subliminales y otros directos, ironía, humor de todo tipo, interpretaciones geniales. El conjunto que los autores fueron capaces de imaginar y crear, para que ahora, entre tanta gente distinta, multidisciplinar, pero disciplinada, haya podido construirse como gran obra de arte y de trabajo. Para mí es una gran esperanza. Un sueño lejano todavía; pero veo que así ha de ser nuestra sociedad de futuro. 
Aplaudo en concreto las fotos y los textos del blog de Juan Santiso, que algún día quiero conocer. Seguro que nos hemos visto de cara, porque alguna otra de las fotos de san Isidro creo que son suyas, y ahí estamos.  
Ha surgido entretanto el interesante debate a raíz de la letra del bolero, que conozco desde hace tiempo. Como estoy más atento a la música que a la letra, no presté mucha atención a lo que os escuchaba entre los pizzicatos de nuestras cuerdas. Me limité a desenterrar la partitura y a conocer algo más del entorno de esa canción, como habéis hecho otras en más profundidad. (Me sirvió para rebatir alguna desviación, como la del Puma). Iba a emitir mi opinión al respecto, que siempre suele ser más positivista que crítica con las personas que hacen, dicen y crean. En cuanto al autor, trato de ponerme en su entorno de tiempo y lugar; acuden a mi mente recuerdos de amigos queridos que tengo en Puerto Rico. ¿Qué no diría mi querida amiga Mª Cristina Mendoza? La época en que escribió aquella copla, hace casi 80 años; sus vivencias y experiencias personales; las de otros en los que el artista se coloca a veces, aunque no comparta al pie de la letra lo que pone en boca de su personaje. En cuanto a nuestros artistas, que han incluido esas frases y esas melodías en su obra, sólo me salen aplausos a su buen gusto.
Hablar del amor y de sus mil caras, de su potencial y de su fuerza motora, me parece interesantísimo para debatir al margen de la ópera.
¡Cuánto aprendería también en ese debate! En relación con nuestra obra y con nuestras reacciones a partir de ella, lo que he observado es la terminología que todos utilizamos ahora, donde también he visto un
crecimiento. Mirando sólo los últimos comentarios cito vuestras palabras:
amor (la primera y la que más se repite), transformación, colaboración colectiva, emoción, corriente de vida, unidad, solidaridad, belleza, verdadero espíritu del 15M, … Yo también os quiero más.
AÑADIDO EN 22 JUNIO 2013
Os dejo este magnifico video, con un sonido muy bueno, siento como si estuviera alli mismo y me sigue emocionando, que se me pone la piel de gallina, vamos. ¡Disfrutar!

El Crepúsculo del Ladrillo Ópera buffa


Y EL LIBRETO PARA EL/LA QUE QUIERE SEGUIRLO Y ENTENDER BIEN EL MAGNÍFICO TEXTO:

por si no lo tienes aún, me ha enviado Carlos Rivas, la mejor grabación de la Ópera Buffa "El Crepúsculo del ladrillo" donde el audio y el sonido es bastante bueno
para el que aún no lo haya visto, no os lo perdáis!
http://www.livestream.com/spanishrevolutionsol/video?clipId=pla_99ed1bc9-aa44-4684-8aa3-4b7d28f9e41a


la Ópera El crepúsculo del ladrillo" entera via stream

Canal suysulucha | Toma la Tele  





NOTA:  Ver como esta bellísima obra coral es ignorada desde los medios de comunicación del sistema, que también nos ignora como seres pensantes y creativos, valorando solo el materialismo y la especulación, que se muestra cual gigante ciego y enfermo contrario y confundido ante cualquier acto en contra de su podrido curriculum,  solo nos hace mas fuertes, mas claras, mas unidas y más despiertas. ¡ TOKA ¡¡¡ DIFUNDIR!!!

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