Juan Goytisolo |
LUEGO
EXISTO
Por JUAN GOYTISOLO
¿Quién ha elegido a los
señores de las agencias de notación de riesgos para que jueguen al pimpón o al
parchís con la vida del noventa y tantos por ciento de la humanidad? Esta
situación es insostenible
Estaba apaciblemente sentado en la
terraza del café en el que suelo concluir mis jornadas de trabajo, lectura y
sesteo con el grupo de amigos marrakchís que frecuento cuando se aproximó a mi
mesa un joven de aspecto agradable vestido a la moda del día: camiseta de
marca, bermudas con cintillas, gorra de visera puesta al revés. Me dijo que era
colombiano, pero vivía en Madrid. Preguntó si podía dedicarle unos minutos y
asentí a su propuesta.
"Sabe usted que molesta" me
dijo de entrada, tras tomar asiento entre mis compañeros.
"¿Molesto? ¿A quién? ¿Se refiere a
los católicos de la FAES por mis artículos satíricos sobre la vista del
Papa?"
"No solo a ellos, a muchísimos más.
Sobre todo en el gremio".
"¿Qué gremio?".
"El de sus compañeros de pluma,
periodistas, asiduos de tertulias".
"Lo lamento".
"Dicen que es usted... Bueno,
raro".
"¿En qué sentido de la palabra queer?".
"No sé, quizá en el de los dos. Me
contaron que es engreído, esquinado, que no mantiene trato con sus colegas de
oficio".
"Viviendo donde vivo sería difícil.
No paso por Madrid más de dos o tres días al año".
"También le reprochan no interesarse
por los demás. Ser cicatero con ellos".
"Por esos pagos resulta imposible
estar al tanto de la vida literaria y de las novedades del mundo editorial.
¡Mil libros al año!".
"Le entiendo, pero insisten en que
solo se ocupa de un puñado de escritores y desdeña a los demás".
"No desprecio a nadie. El tiempo de
que dispongo a mi edad es breve y dejo de leer lo que al cabo de unas páginas
(de unos versos en el campo de la poesía) no me interesa. Con la experiencia y
los años he pasado de lector a relector".
"He oído decir también que
chismorrea de sus compañeros de pluma".
"¿Cómo podría hacerlo si no sé lo
que es Internet y los amigos que usted ve no hablan español y no tienen la
menor idea de quienes son? Eso sería tan absurdo como prohibir lo que no
existe".
"De acuerdo. Pero ¿puedo preguntarle
su opinión personal sobre...".
"No soy un opiniómano. Hablo de los
autores a quienes he leído y no de los que desconozco. La crítica de lo no
leído o leído a vuelo de página se lo dejo a los tertulianos y reseñadores de
oficio".
Juan Goytisolo, desde el principio, se declaro partidario de "La Primavera Arabe" en la foto, la Plaza de Tahrir en Egipto. |
"También le reprochan su burla de
los premios, pese a que ha recibido algunos".
"Será porque dije una vez que si me conceden un premio dudo de mí
mismo y si me declaran persona
non grata sé que tengo
razón".
"Pues yo le oí en la tele calificar
de desgracia el Premio Nacional de las Letras Españolas que le otorgaron".
"Mire, la palabra nacional me
repele. No soy un bien nacional y estoy en contra de todos los nacionalismos
sean del color que sean. Tan solo rechacé un premio muy bien dotado
económicamente por razones personales".
"¿Puedo preguntarle cuál?".
"El de la Fundación Gadafi hace un
par de años, aunque me lo ofrecían envuelto en flores y celofán".
"Dicen que el dinero no tiene
olor".
"Para unos sí y para otros no".
"¿Es un juicio moral?".
"No juzgo a nadie. Es cuestión de
olfato".
"¿Es cierto que su relación con los
fotógrafos es pésima?".
"Con algunos de ellos, sí. No me
gusta que me digan cómo debo posar. Con una mano en la mejilla como si tuviera
dolor de muelas o sentado en un sillón de orejas ante una buena biblioteca como
para mostrar la amplitud de mis lecturas. Pero soy un escritor, no un actor de
cine".
¡Se expresa usted como los indignados de la Puerta del Sol!! Comparto sus sentimientos |
"Un amigo me refirió que...".
"Mire, le contaré una anécdota.
Cuando vivía en París recibí la visita de un joven rubio y esbelto como uno de
esos ángeles o arcángeles pintados en el Renacimiento. Me dijo que conocía mi
relación de amistad con Genet y me ofreció las fotos que le sacó en un jardín
público de Rabat pocos días antes de su fallecimiento. El gesto me conmovió y
le invité a tomar un café. Me habló entonces de su admiración por Roland
Barthes y dejó caer de pasada que le había fotografiado también la víspera de
la fecha en la que le atropelló un autobús. Una lucecita roja se encendió en mi
cerebro y cuando agregó -me agradaría retratarle a usted-, la respuesta
inmediatamente fue un no rotundo".
"No se preocupe usted. No voy a
sacarle ninguna foto".
"Se lo agradezco".
"Quisiera preguntarle en cambio qué
libros ha leído o releído este verano. Simple curiosidad".
"Un buen paquete. Franceses, rusos, Thomas Pynchon, un estudio
sobre la ruta del Arcipreste de Hita de la Sierra Morena a Castilla, antologías
de nuestra poesía de la época en la que esta brillaba por su ausencia, la Muqqadima o Introducción
a la Historia Universal de
Ibn Jaldún...".
"A lo que iba. La gente le reprocha
su interés por el mundo árabe. Es una anomalía".
"En el universo informatizado de hoy hacen falta algunas anomalías.
Yo creo que había que darle la vuelta a su frase y analizar las razones de
nuestra lamentable falta de interés por él, un buen ejemplo de la
discontinuidad cultural que todavía nos afecta. Mire a Borges. Leyó el Corán
con mucha más aplicación que yo y es el mejor lector moderno de Las mil y una noches, del Libro de los Libros".
"Pero él no se metió en líos como
usted: las revoluciones de Túnez, Egipto, Libia, Siria... ¿No le asustan estos
conflictos?".
"La vida es movimiento perpetuo y lo
que no cambia se anquilosa y perece".
"¿Se refiere usted a este
país?".
"Hablo del Casino Global en el que
vivimos. Del sometimiento de los partidos políticos y Gobiernos, cualquiera que
sea su programa, a las leyes y caprichos del dios Mercado. ¿Quién ha elegido a
los señores de las agencias de notación de riesgos para que jueguen al pimpón o
al parchís con la vida del noventa y tantos por ciento de la humanidad? Esta
situación es insostenible y, por consiguiente, tarde o temprano se vendrá
abajo".
"¡Se expresa usted como los
indignados de la Puerta del Sol!".
Juan Goytisolo |
"Comparto sus sentimientos aunque
soy poco mitinero. A mi edad la única arma defensiva de que dispongo es el
humor. Cuanto más corrosivo mejor. Si me permite autocitarme le repetiré la
pregunta que formulé hace unas semanas en estas mismas páginas. "¿Quién
descubrirá el fármaco que calme el nerviosismo y ataques de histeria de los
mercados?". Habría que darle todos los Nóbeles habidos y por haber".
"Bueno, gracias por su paciencia. No
quiero molestar a mi vez a quien tanto molesta".
El muchacho sonríe, se incorpora del
asiento y me tiende la mano. Con cierta resignación, le digo muy bajito:
"¿Molesto? Luego, existo".
Juan Goytisolo es escritor.
(Publicado en El Pais el 30-10-11)
Juan Goytisolo es escritor.
(Publicado en El Pais el 30-10-11)
ARTÍCULO RELACIONADO
Comentarios
Publicar un comentario
Los comentarios ayudan a posicionar a los blogs en los buscadores.
Un comentario, por pequeño que sea, ayuda y da mucho animo.
Si no quieres firmar con tu nombre, pincha en anónimo, vale igual.
EL BLOG DE JUAN, te lo agradecera.