DUEÑOS
DE SUS
DESTINOS
(VIII)
Por Jeronimo Duran
Allí
en el vidrio la cosa era muy diferente, él me tenía un poco de manía hasta que
lo resolvimos a hostias en la puerta del “Bar Cantinflas”. Al verme allí, me
dijo:
-¡Hostia
“Indio”!, ¿qué haces aquí?
Del Capitulo anterior:
Esa es una de las cosas que no han perdido, el control de la prostituccion siempre ha estado en sus manos mejor decir en sus bolsillos,
No hará más de dos años, que tras el cierre de un gran puti-club hay personados en la investigación altos jefazos de la policía, Nadie se quiere meter en ello, pero no hay prostituccion que no controle la policía, quizas sea por ser la forma de que tengan un sobre sueldo, de hay que les dejen hacer,
CAPITULO 8- DE CAZA EN LAS DISCOTECAS.
En él
cine a partir de la mitad para adelante solo estábamos
nosotros en la primera fila. El acomodador me conocía bastante,
más de una vez me había echado de aquel cine.
Cuando los viejos se quejaron de
nuestro comportamiento, él estaba
al lado y como aquello para él era
el pan de cada día no le hizo caso
a los que se quejaban y nos dejó
seguir haciendo.
Estábamos los primeros, pero al
final salimos los últimos.
Dueños de sus destinosCAPITULO 8- DE CAZA EN LAS DISCOTECAS.
Las
discotecas eran el sitio especial para tratar con mujeres.
Aquí
no era como en Madrid. Allí se ligaba en la calle, aquí en la calle lo tenías
más que jodido. Nos pusimos solo una norma y la cumplimos hasta el final y era
que si uno veía a una tía y decía esa es para mí, aquello era sagrado por mucho
que te pudiera gustar la tía. Jamás discutimos por ello. Si la tía pasaba del
que la hubiera visto, entonces él mismo decía:
-Tíos,
pasa de mí. El que quiera o se la pueda ligar, allá él.
Difícil
será de olvidar el día que en el Club Florida me encontré a “Salvi” en compañía de una chavala con quien
llevaba unas semanas saliendo.
En un rincón del lavabo, pegados
a la pared, se encontraban los
dos pegándose un morreo de la
hostia.
Me hizo tanta ilusión verlos que se
me fue la cabeza y para celebrarlo
no se me ocurrió otra cosa que
darle un buen “callejón” que hizo
que sus cabezas rebotaran en la
pared. “Salvi” si me piílla, me mata.
La chavala se retorcía de dolor. A
“Salvi”, aunque aquel golpe le dolió
lo suyo, lo primero que hizo fue ir a
por mí, menos mal que el dolor y la
sorpresa me dieron ventaja.
a la pared, se encontraban los
dos pegándose un morreo de la
hostia.
Me hizo tanta ilusión verlos que se
me fue la cabeza y para celebrarlo
no se me ocurrió otra cosa que
darle un buen “callejón” que hizo
que sus cabezas rebotaran en la
pared. “Salvi” si me piílla, me mata.
La chavala se retorcía de dolor. A
“Salvi”, aunque aquel golpe le dolió
lo suyo, lo primero que hizo fue ir a
por mí, menos mal que el dolor y la
sorpresa me dieron ventaja.
Después
de un buen rato, tras la
calma, todo eran disculpas por mi parte, me había pasado cien
pueblos, aquella broma producto de la alegría, (si es que se le
puede llamar broma, cuando lo que fue no fue otra cosa que una
gran putada), me hizo replantearme el tema de las bromas. De
aquel beso que yo fastidie, “Salvi” siempre se acordó, me lo ha
echado en cara desde aquel día, de buen rollo, pero me lo sigue
echando en cara.
Hay besos que son imposibles de olvidar y ese fue uno de ellos.
Yo jamás tuve un beso como ese, tampoco lo echo de menos, la
amistad puede está por encima de todo, aunque no tengo muy
claro que si ese día me hubiera podido coger, me hubiese salvado
la amistad.
calma, todo eran disculpas por mi parte, me había pasado cien
pueblos, aquella broma producto de la alegría, (si es que se le
puede llamar broma, cuando lo que fue no fue otra cosa que una
gran putada), me hizo replantearme el tema de las bromas. De
aquel beso que yo fastidie, “Salvi” siempre se acordó, me lo ha
echado en cara desde aquel día, de buen rollo, pero me lo sigue
echando en cara.
Hay besos que son imposibles de olvidar y ese fue uno de ellos.
Yo jamás tuve un beso como ese, tampoco lo echo de menos, la
amistad puede está por encima de todo, aunque no tengo muy
claro que si ese día me hubiera podido coger, me hubiese salvado
la amistad.
Recuerdo
el primer beso que di. No
por recordarlo soy diferente a nadie,
¿quién no se acuerda de eso?
por recordarlo soy diferente a nadie,
¿quién no se acuerda de eso?
Un
día me encontré con Bernardo
(también llamado Eduardo), era
conocido del barrio, se había liado
con una chavala y ese día su amiga l
os acompañaba.
Me dijeron de ir al cine con ellos y
acepte la proposición, no estaba nada mal la amiga que los
acompañaba.
(también llamado Eduardo), era
conocido del barrio, se había liado
con una chavala y ese día su amiga l
os acompañaba.
Me dijeron de ir al cine con ellos y
acepte la proposición, no estaba nada mal la amiga que los
acompañaba.
Era
sábado y decidimos ir al cine Rívoli, era el único
cine que tenía un reservado para parejas. Ese día, por lo que
fuera, solo estaba abierta la sala de abajo.
cine que tenía un reservado para parejas. Ese día, por lo que
fuera, solo estaba abierta la sala de abajo.
Nos
sentamos nada más entrar en la segunda fila. Pasarían diez
minutos cuando me di cuenta de que estaba besando a aquella
chavala.
No sabía cómo había llegado hasta allí, pero allí estaba y como
aquello no estaba mal, ¿qué iba a hacer si no seguir? Repetí
aquel beso, pero más consciente de ello sin perder punto ni
coma, después siguió otro y otro, hasta que dos o tres
abuelos nos tocaron los huevos, entonces nos trasladamos a la
primera fila y allí seguimos con lo nuestro.
minutos cuando me di cuenta de que estaba besando a aquella
chavala.
No sabía cómo había llegado hasta allí, pero allí estaba y como
aquello no estaba mal, ¿qué iba a hacer si no seguir? Repetí
aquel beso, pero más consciente de ello sin perder punto ni
coma, después siguió otro y otro, hasta que dos o tres
abuelos nos tocaron los huevos, entonces nos trasladamos a la
primera fila y allí seguimos con lo nuestro.
nosotros en la primera fila. El acomodador me conocía bastante,
más de una vez me había echado de aquel cine.
Cuando los viejos se quejaron de
nuestro comportamiento, él estaba
al lado y como aquello para él era
el pan de cada día no le hizo caso
a los que se quejaban y nos dejó
seguir haciendo.
Estábamos los primeros, pero al
final salimos los últimos.
Después
del cine, paseamos un rato.
Aun recuerdo como si fuese hoy el
recorrido que hicimos los cuatro.
Quitando los besos y unos cuantos
achuchones, todo quedó para el
recuerdo.
Aun recuerdo como si fuese hoy el
recorrido que hicimos los cuatro.
Quitando los besos y unos cuantos
achuchones, todo quedó para el
recuerdo.
El
lunes, sobre las seis de la tarde, me
encontraba en los autos de choque. Todavía era temprano para que
apareciera alguien del grupo.
encontraba en los autos de choque. Todavía era temprano para que
apareciera alguien del grupo.
De
repente, escuche follón y al mirar de dónde provenía vi a unos
treinta tíos con algunas chavalas que se acercaban hacia los
autochoques. Pensé: “estos van buscando a alguien”, no estaban
en su territorio. Yo estaba tranquilo conmigo mismo, conmigo no
iba la cosa. Me quede más tranquilo cuando vi al “Chino”, que dé
un salto se subió donde yo estaba. Él y yo trabajábamos juntos en
el vidrio y por dos veces lo había calentado, no por ello nos
llevábamos mal, al contrario.
Allí en el vidrio la cosa era
muy diferente, él me tenía
un poco de manía hasta
que lo resolvimos a hostias
en la puerta del “Bar Cantinflas”.
Al verme allí, me dijo:
treinta tíos con algunas chavalas que se acercaban hacia los
autochoques. Pensé: “estos van buscando a alguien”, no estaban
en su territorio. Yo estaba tranquilo conmigo mismo, conmigo no
iba la cosa. Me quede más tranquilo cuando vi al “Chino”, que dé
un salto se subió donde yo estaba. Él y yo trabajábamos juntos en
el vidrio y por dos veces lo había calentado, no por ello nos
llevábamos mal, al contrario.
Allí en el vidrio la cosa era
muy diferente, él me tenía
un poco de manía hasta
que lo resolvimos a hostias
en la puerta del “Bar Cantinflas”.
Al verme allí, me dijo:
-¡Hostia
“Indio”!, ¿qué haces
aquí?
aquí?
-¿Y
dónde quieres que este?,
¿qué hacéis vosotros por aquí?,
¿a quién estáis buscando?
¿qué hacéis vosotros por aquí?,
¿a quién estáis buscando?
Chino
era uno de los jefes de
los “Cinturones Negros”. A los que se acercaron de los suyos, les dijo que
yo eran colega y nos dejaron tranquilos.
los “Cinturones Negros”. A los que se acercaron de los suyos, les dijo que
yo eran colega y nos dejaron tranquilos.
A mi pregunta, respondió:
-Estoy
buscando al hijo de puta que se ha pegado el lote con la
novia
de mi jefe, (me dijo su nombre, pero hace años que lo olvide, no por
ello a ella). Lo primero que pensé fue: “como lo pillen, lo tiene claro”. Le
dije al “Chino”:
ello a ella). Lo primero que pensé fue: “como lo pillen, lo tiene claro”. Le
dije al “Chino”:
-Vaya
putada, ¿cómo os habéis enterado?
-El
muy jilipollas se puso a darse el lote con ella en la primera fila del
cine.
¡Hostia!,-pensé-,
eso yo lo he vivido.
La gente que había junto a
nosotros se apartó y apareció
de repente él jefe de ellos
cogiendo a una chica por el
brazo. Dijo:
La gente que había junto a
nosotros se apartó y apareció
de repente él jefe de ellos
cogiendo a una chica por el
brazo. Dijo:
-Aquí
dice que no está.
Ella
tenía la cabeza agachada
de forma que me estaba viendo.
de forma que me estaba viendo.
Cuando
la vi, se me cayó el
mundo encima, era ella, la chica
con la que me di el primer beso,
el segundo, el tercero y puede
que hasta pasaran de cien.
Su mirada era triste, no era la
que tenía dos días atrás, aquellos
ojos habían llorado. No supe que
hacer, me hubiera gustado decirles: “no busquéis más porque al que buscáis
lo tenéis delante”, pero me callé y no dije nada.
mundo encima, era ella, la chica
con la que me di el primer beso,
el segundo, el tercero y puede
que hasta pasaran de cien.
Su mirada era triste, no era la
que tenía dos días atrás, aquellos
ojos habían llorado. No supe que
hacer, me hubiera gustado decirles: “no busquéis más porque al que buscáis
lo tenéis delante”, pero me callé y no dije nada.
Chino
me presento a su jefe y mientras lo saludaba ella levantando un
poco la
cara, me guiño uno de sus ojos, (o eso es lo que quise ver), y sonrió. Yo me
quedé fuera de sitio, de lugar y hasta de país.
cara, me guiño uno de sus ojos, (o eso es lo que quise ver), y sonrió. Yo me
quedé fuera de sitio, de lugar y hasta de país.
Su
cara de niña y su sonrisa todavía las tengo grabadas. Al día siguiente,
con la ayuda de Bernardo, pude verla después de comer.
con la ayuda de Bernardo, pude verla después de comer.
Me
avergonzaba mi cobardía. Más me
hubiera valido una paliza que esa
humillación, la había dejado tirada, no
tuve cojones de dar la cara por ella, sin
embargo ella la supo dar por mí.
Yo era muy joven, me encontré a gusto
con ella en el cine. Ella era mayor que yo,
me debería
llevar unos dos años. Después de disculparme
por lo ocurrido, llegamos a la conclusión que
era mejor dejarlo así y allí. Y así, en menos de veinte minutos, acabó un amor que apenas comenzó pero que dejo un recuerdo de por vida dentro de mi corazón.
Nos despedimos con un apretón de manos y sin mirar atrás me marché de aquel
lugar. Nunca la volví a ver, no sé qué fue de ella, pero si hoy la viera, seguro
que la reconocería, aquellos ojos y aquella cara no se pueden olvidar, su imagen
se me quedó grabada en la mente, no sé si a causa de sus besos o su miedo,
pero algo en mi se quedó de todo aquello.
Capitulos anteriores:hubiera valido una paliza que esa
humillación, la había dejado tirada, no
tuve cojones de dar la cara por ella, sin
embargo ella la supo dar por mí.
Yo era muy joven, me encontré a gusto
con ella en el cine. Ella era mayor que yo,
me debería
llevar unos dos años. Después de disculparme
por lo ocurrido, llegamos a la conclusión que
era mejor dejarlo así y allí. Y así, en menos de veinte minutos, acabó un amor que apenas comenzó pero que dejo un recuerdo de por vida dentro de mi corazón.
Nos despedimos con un apretón de manos y sin mirar atrás me marché de aquel
lugar. Nunca la volví a ver, no sé qué fue de ella, pero si hoy la viera, seguro
que la reconocería, aquellos ojos y aquella cara no se pueden olvidar, su imagen
se me quedó grabada en la mente, no sé si a causa de sus besos o su miedo,
pero algo en mi se quedó de todo aquello.
Dueños de sus Destinos Cap. (III)
Dueños de sus destinos (IV)
Dueños de sus destinos ( V )
Dueños de sus destinos (VI)
Dueños de sus Destinos (VII)
Dueños de sus destinos (IV)
Dueños de sus destinos ( V )
Dueños de sus destinos (VI)
Dueños de sus Destinos (VII)
esto cada dia sse pone mas interesante,,, yo mismo me quedo pasmao del resultado,,, juan lo dicho un maestro ,,saludos de yooo
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